Niños: escriban cien
veces “estamos en default, estamos en default, estamos en default”...
Estamos en default, estamos en default, estamos en default,
estamos en...
Parece no hablarnos a nosotros, ya que escriban es la tercera personal del plural, y se está dirigiendo a
indeterminados, vagos o lejanos “ellos” aunque ella, la maestra, al frente de
la clase nos mira, nos señala, nos enseña y nos ordena a “nosotros”. A nosotros,
los que estamos aquí, escribiendo.
La letra con sangre entra.
Estamos en default, estamos en default, estamos en default,
estamos en...
Pues bien, estamos en default.
Pero no estamos en default. Eppur si muove, se dijo hace unos
trescientos ochenta y dos años.
Si default es sinónimo de quiebra, se refiere a una situación
de insolvencia que no se verifica hoy en Argentina.
La Argentina de 2001 y 2002 sí había caído en default: el
Estado dejaba de pagar los servicios de la deuda (es decir, los intereses)
porque se habían agotado sus reservas, y para abonar esos intereses estaba obligada
a tomar nuevos créditos a tasas usurarias en el mercado marginal. Ni siquiera
tenía moneda: Cavallo había dejado al país sin política monetaria. Que recuperó
Néstor.
En medio de la disyuntiva shakespereana de estar o no estar
en default, se conocieron declaraciones del primer afroamericano que llega a la
presidencia de EEUU, antes incluso que un Papa negro, declaraciones que asombran por su oportunidad: aunque se
producen en el marco de una conferencia de prensa relacionada con la situación
en Gaza, aparecen cuando un juez municipal de EEUU se empecina en decretar el
default de un país soberano como Argentina. Todo tiene que ver con todo.
El principal antecedente jurídico del citado juez (tomen
nota) consiste en haber defendido al róbalo o lubina de una obra pública estatal
(una autopista) que alteraría su natural época de desove, no del juez sino del
pez. Propuesto para integrar el poder judicial por el republicano Richard
Nixon, de la defensa de la lubina pasa a la defensa de NML Elliot.
Según se ven las cosas, nunca mejor puesto el nombre a este
blog, Patria o Colonia, en estos momentos.
Sigue Barak Obama: “hicimos
muchas cosas correctas, pero también algunas cosas que estuvieron mal. Cruzamos
la línea, hicimos cosas que van contra nuestros valores. Torturamos a alguna
gente”.
Con ser nuevo, es inconcebible que un presidente sincere las
cosas, cuando todos estábamos convencidos de que los tormentos eran monopolio
de comunistas, de militantes de AlQaeda, de castro-chavistas, de terroristas en
todo el mundo, y que las tropas de los EEUU se portaron como verdaderos monjes
tibetanos en todos los lugares del mundo donde fueron arrastradas a actuar en
defensa de la libertad de comercio, del american way of life, del destino manifiesto, de la segunda
enmienda (esa que permite a todo ciudadano de EEUU tener un misil antiaéreo bajo
su colchón) y de las películas de Hollywood, de Rambo, de Bruce Willis, o del
petiso Chuck Norris.
Lo de “monjes tibetanos” es una figura literaria: también
los tibetanos, dirigidos por el Dalai Lama, un líder muy cercano a la CIA,
torturaron y masacraron en una larga guerra contra China, aliados con Chian Kai Chec, el líder espiritual de Taiwán, enemigo de Mao y jefe del Ejército Blanco.
Pero los chinos, unos y otros, hicieron barbaridades sin fin: en La Condición
Humana, Malraux cuenta que alimentaban las calderas de las locomotoras con
prisioneros vivos, porque el carbón escaseaba.
De todos modos, no es para tanto ni tan poco, reverendo Obama:
son más las cosas correctas que las que estuvieron mal.
Es cierto que cruzaron frecuentemente la línea en la base
ilegal de Guantánamo, territorio que retienen ilegalmente, secuestrando y martirizando
a varios cientos de prisioneros ilegales, es decir “unos cuantos”, después de
la sospechosa caída de las Torres Gemelas.
Es cierto que invadieron Irak falsificando el asunto de las armas
de destrucción masiva, con el objetivo cierto de dividirlo en tres satrapías propiedad
de determinadas petroleras como Halliburton.
Es cierto que apoyan la política militarista de Israel
acusando de antisemita a cualquiera que levante la voz contra bombardeos
indiscriminados a escuelas y hospitales palestinos. Con el apoyo inocultable de
EEUU y del propio Obama, Israel tiene libertad para tomar casi cualquier cosa
como blanco militar, como por ejemplo dos centenares de chicos palestinos.
Es cierto que Hamas, los yijadistas irakíes y los
nacionalistas de Crimea tienen apoyo de, o son una pura invención de EEUU o anteriormente de Gran Bretaña.
Los
yijadistas son herencia y resultado de la ocupación militar en Irak, la
destrucción de la Guardia Republicana, el ninguneo del pueblo iraki, la
destrucción del laico partido Baas, la vuelta a las rencillas religiosas entre
chiitas y sunnitas y el asesinato del anterior aliado Hussein.
Israel necesita un Hamas para
jurarse nunca negociar con los palestinos. Y la postura anti-rusa en Crimea, con ser histórica, ha sido fogoneada por EEUU durante algunos años hasta que la
economía de la península quedó a merced del FMI... y los fondos-buitre,
situación que EEUU eligió seguir también en Siria.
Es cierto que EEUU ocupó Afganistán y Grenada y Somalia y
algunos otros lugares insignificantes, para no remontarnos muy atrás en el
tiempo porque bueno bueno.
Para la opinión publicada norteamericana, no tiene mucha
importancia haber cruzado o no la línea, o hacer algunas cosas bien y otras mal
mientras nadie pierda su derecho a tener una ametralladora antiaérea en su casa
o a sorprenderse con imprevistas matanzas en escuelas, o mientras no diluya la
frontera entre un hispanoparlante, un caucásico y un wasp.
Rambo parecía una película de cuarta. Pero no: es una
subcultura y es una política.
Lo que sí preocupa, leemos en el diario, es que el gobierno norteamericano
haya espiado computadoras de empleados del Congreso, ohhhh, como si usar skype,
facebook, windows, ares, whatsapp, fueran garantía de privacidad.
Mientras un juez de condado proveniente de Kansas City se hace
el John Wayne con Argentina, un presidente nacido en Honolulu practica la
compasión cristiana aunque varios millones de inmigrantes indocumentados no
compartan el mismo punto de vista. Los freudianos podrán dar una explicación –freudiana,
por cierto- al origen de Griesa: la ciudad de Kansas City tiene una mitad en el
Estado de Kansas y otra mitad en el Estado de Misouri.
Entre Escila y Caribdis.